¿Sabes las causas del envejecimiento de tus manos?

Las manos generalmente envejecen por distintas causas, entre las más comunes tenemos: excesiva exposición al sol sin protección, uso de productos de limpieza, agentes externos corrosivos, entre otros. El efecto de los rayos UV se manifiesta con manchas de pigmentación en la piel y los productos de limpieza favorecen la aparición de arrugas en las manos. Si tienes una piel sensible o muy seca, debes usar una crema que hidrate y nutra la piel de tus manos. Igualmente deberás aplicar protección solar antes de salir de casa todos los días, no solo en tus manos, sino en todas aquellas zonas de la piel que estarán expuestas al sol. A continuación algunos tips para mantener unas manos sanas, con una tez suave y brillante.

Tips para el cuidado de las manos

Lava tus manos preferiblemente con agua tibia y un jabón que no contenga perfumes fuertes. Luego
sécalas suavemente con una toalla de algodón. Evita secar las manos con aire caliente o al medio ambiente,
esto favorece la resequedad.

Coloca una crema hidratante y nutritiva, luego masajeas hasta que tus manos absorban completamente la crema.

Usa guantes para la manipulación de productos de limpieza y cualquier otro detergente.

En estos tiempos de pandemia, es necesario el uso de gel y/o alcohol de alta concentración, esto incrementa la
resequedad en tus manos, por lo tanto, debes tener siempre a disposición tu crema hidratante.

No olvides usar tu protector solar cada vez que salgas de casa.

La vitamina E es un elemento que tiene propiedades de
antienvejecimiento, por lo tanto, ayuda a la piel a producir los lípidos necesarios para mantener su
elasticidad y humedad natural.

¿Sabes qué tipo de piel eres?

Para poder escoger correctamente los productos que aplicarás en el órgano más extenso del cuerpo humano, primero debes identificar qué tipo de piel eres tú, de esta manera los distintos productos que utilices serán los más apropiados y facilitarán en mayor grado y rapidez el cuidado de tu piel. Existen 4 tipos de piel básicos: piel normal, piel grasa, piel seca, piel mixta.

Piel Normal

La piel normal mantiene uniformidad en su aspecto y es suave al tacto. Este tipo de piel presenta óptimos niveles
de hidratación, por lo tanto, no muestra resequedad ni grietas a simple vista. Las pieles normales suelen responder bien a los cambios de temperaturas moderadas. Las exposiciones a temperaturas de
manera no moderadas, afectarán de manera negativa cualquier tipo de piel.

Piel Grasa

Las personas que tienen esta piel necesitan productos que contribuya a regular la producción de sebo y eliminar el exceso de impurezas, especialmente del rostro. En ocasiones, el estrés y los cambios hormonales son factores que influyen en el comportamiento de la
piel grasa. Aunque parezca contradictorio, es necesario mantener hidratada la piel grasa, utilizando cremas suaves para reducir el aspecto grasoso que la caracteriza.

Piel Seca

La piel seca existe porque hay un déficit de hidratación y poca producción de sebo, el cual, es el encargado de retener la humedad y proteger a la piel de agentes externos. Tu tipo de piel es seca porque se agrieta con facilidad, pierde elasticidad, tiene un aspecto opaco y
algunas zonas pueden llegar a ser escamosas. Este tipo de piel puede mejorar y utilizando productos que
hidraten y nutran tu piel.

Piel Mixta

Una piel mixta se caracteriza por tener características de la piel seca y grasa al mismo tiempo. Es uno de los tipos
menos frecuentes de piel, prevaleciendo algunas zonas con abundante brillo, como la zona T y otras con sequedad, como en las mejillas y las sienes, esto debido a un desequilibro en la hidratación. Los productos a utilizar para este tipo de piel, buscan equilibrar el PH natural.

¿Cómo cuidar de la piel agrietada?

El mayor órgano del cuerpo humano es la piel. Una de sus principales funciones es proteger al organismo de bacterias, agentes corrosivos, realizar la termorregulación del organismo, además de actuar como receptora de sensaciones kinestésicas como: frío, calor, humedad, textura, entre otras.

Por lo general, algunas zonas de la piel pueden sufrir resequedad con el tiempo, debido a la inevitable exposición al medio ambiente y otros factores externos, llegando a agrietarse y afectar así sus principales funciones biológicas. Sin embargo, estableciendo una rutina de cuidados diarios, con productos especialmente diseñados para el tratamiento de la resequedad, puede restituirse el estado saludable de tu piel.

Limpiando la piel reseca y agrietada

Los jabones con un alto grado de alcalinidad en su fórmula, pueden eliminar los elementos grasos naturales de la piel, por lo tanto, estos productos contribuyen a la resequedad. El cuidado diario y constante con un producto que tenga componentes hidratantes, es fundamental para que tu piel reseca y agrietada recupere su docilidad y suavidad.

Moderando la exposición al sol cuando vayas a la playa

Diferentes estudios científicos han demostrado que la exposición excesiva al sol, incrementa la resequedad en la piel debido al efecto de los rayos UV, por lo tanto, la posibilidad de que tu piel se agriete aumenta considerablemente.
Usa de manera frecuente protectores solares que protejan tu piel en todo momento mientras te encuentres de vacaciones. Una vez estés de regreso a casa, te aconsejamos usar productos hidratantes para tu piel.

Moderando la exposición al frío en época de invierno

Al igual que el sol, las bajadas de la temperatura y de la humedad en época de invierno, pudieran afectar a tu piel, volviéndola reseca y escamosa. Es preciso humectar tu piel de manera diaria, preferiblemente con productos que no contengan olores y/o perfumes excesivos. Si aplicas una crema hidratante después de la ducha, tu piel podrá capturar la humedad de su misma superficie (epidermis). No olvides usar en la ducha, un jabón con bajo nivel de alcalinidad.

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