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Protégete del Covid-19. Rutina de lavado de manos

Los virus que afectan las vías respiratorias como la enfermedad por Sars-Cov 2 (COVID-19), se contagian cuando las gotas que contienen el virus entran en contacto con las mucosidades de los ojos, la nariz o la garganta. Estudios han comprobado, que el virus puede permanecer vivo cierto tiempo en determinadas superficies, por lo que es posible transmitirse fácilmente de una persona a otra a través de nuestras manos si entramos en contacto con él.

Durante esta pandemia que se vive en todo el mundo, una de las formas más económicas, sencillas e importantes de prevenir el contagio de virus COVID- 19, es lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón.

A continuación te presentamos 5 sencillos consejos para un correcto lavado de manos:

Paso 1:

Moja tus manos con agua a temperatura ambiente.

Paso 2:

Aplica una cantidad suficiente de jabón en ambas manos.

Paso 3:

Frota por todas la superficies de tus manos: palma, dedos, espacio entre los dedos, mueca, uñas. Esto lo
deberás realizar por un espacio aproximadamente de 15 a 20 segundos.

Paso 4:

Retira el jabón de tus manos con agua corriente. Procura que no quede restos de jabón, por lo que deberás aplicar suficiente agua en ambas manos.

Paso 5:

Sécate las manos con una paño limpio.

Recuerda lavarte las manos cada vez que visites lugares públicos, tales como: transporte, colegios, mercados, hospitales. De la misma manera, debes lavarte las manos cada vez que estornudes o después de toser o cuando vayas al baño. En general, debes lavarte las manos, cada vez que te expongas en lugares donde exista el riesgo de contagio por COVID-19, la prevención es responsabilidad de todos.

Consiéntete con una ducha tipo spa

Después de un agobiante día de trabajo, deseas regresar a casa cuanto antes para tener un momento de descanso y poder relajarte. Lo ideal es llegar y entrar a la cama a dormir, sin embargo, una opción previa es preparar el baño para darte una ducha especial, que te haga recuperar la vitalidad y puedas así tener un sueño mucho más placentero.

Las duchas podrían tener un efecto terapéutico y sensorial en la piel si se combinan elementos tales como: regulación de la temperatura, presión del chorro de agua, productos cosméticos de baño, productos aromáticos, hilo musical, entro otros.

Ducha con agua caliente

Si quieres tener una ducha que te ayude a obtener una limpieza profunda, el agua caliente es tu mejor opción, ya que esta favorece la dilatación de los poros de la piel,
de esta manera, se liberará de células muertas u otras impurezas. Asegúrate de que la temperatura no sea tan alta, ya que pudieras causar daños a la piel. Debe ser una
temperatura cómoda para que puedas disfrutar el momento. El vapor desprendido del agua caliente actúa como un descongestionante natural de las vías respiratorias. Puedes colocar inciensos de tu fragancia favorita, esto activará tus receptores sensoriales mientras te duchas.

Ducha con agua fría

Si quieres tener una ducha que te ayude a mejorar y controlar el flujo sanguíneo, el agua fría es la indicada. El agua fría contribuye a la salud cardiovascular, ya que al entrar en contacto con ella, aumenta la frecuencia cardíaca y los vasos sanguíneos se contraen, esto trae como consecuencia que aumenta la presión sanguínea y mejora con ello la circulación en todo nuestro cuerpo. Otro beneficio del agua fría es que estimula la producción la noradrenalina. Esta hormona es responsable de una serie de beneficios asociados a la lucha contra la ansiedad, el estrés y un mejor humor.
Incorporar un hilo musical relacionado a sonidos de la naturaleza: olas del mar, ríos, aves, sería ideal para este tipo de ducha.

Variar la presión del agua

Cualquiera de las duchas mencionadas anteriormente, puedes combinarlas con unos hidromasajes. Esto lo podemos lograr alternando la presión del agua con la que nos estamos duchando. Si cuentas con una llave de baño que te permita controlar el flujo del agua, puedes aplicar distintas presiones en varias partes del cuerpo, sobre todo aquellas donde generalmente sentimos reflejado con mayor peso el estrés, tales como: la espalda, la cabeza, las piernas, el rostro, hombros, entre otros.

Consejos para una piel luminosa

Distintos estudios sobre la piel, han demostrado que los factores con mayor incidencia en su envejecimiento, además del factor natural, son los agentes externos y medioambientales. La exposición de la piel a los rayos UV, la manipulación de productos detergentes en el hogar, una mala alimentación y un cuidado no adecuado de tu piel, pueden afectar a la misma haciendo que luzca opaca y apagada.

Un paso fundamental para obtener una piel luminosa, es identificar tu tipo de piel, ya que partiendo de esta clasificación: normal, grasa, seca y mixta, podrás saber cuál es el mejor tratamiento que debes aplicar para lograr una piel sana y radiante.

Humecta tu piel

La humectación es necesaria para todo tipo de piel, por lo tanto, debes humectarla de manera diaria, con productos que atraigan y retengan la humedad, para lograr así restaurar la capa protectora de tu piel, lo que contribuye a eliminar su resequedad.

Hidratación interna

La hidratación de la piel no solo debe ser exterior. Hidrátate internamente bebiendo suficiente agua. Los expertos sugieren beber diariamente ocho vasos de agua. Esto ayudará a que tu piel recupere su elasticidad natural, además de contribuir a mejorar posibles afecciones cutáneas y a refrescar tu piel en los días calurosos.

Protege tu piel de los rayos UV y detergentes del hogar

Asegúrate que tu protector solar tenga un factor de protección solar o SPF (por sus siglas en inglés) de por lo menos 30. El número SPF es el nivel de protección que el protector solar brinda contra los rayos UV. De la misma manera, trata en lo posible de usar guantes al momento de manipular detergentes en el hogar, ya que estos poseen componentes químicos que causan resequedad en tu piel.

Descanso reparador

Conseguir un sueño realmente reparador le dará un aspecto a tu piel mucho más jovial y tersa

¿Sabes las causas del envejecimiento de tus manos?

Las manos generalmente envejecen por distintas causas, entre las más comunes tenemos: excesiva exposición al sol sin protección, uso de productos de limpieza, agentes externos corrosivos, entre otros. El efecto de los rayos UV se manifiesta con manchas de pigmentación en la piel y los productos de limpieza favorecen la aparición de arrugas en las manos. Si tienes una piel sensible o muy seca, debes usar una crema que hidrate y nutra la piel de tus manos. Igualmente deberás aplicar protección solar antes de salir de casa todos los días, no solo en tus manos, sino en todas aquellas zonas de la piel que estarán expuestas al sol. A continuación algunos tips para mantener unas manos sanas, con una tez suave y brillante.

Tips para el cuidado de las manos

Lava tus manos preferiblemente con agua tibia y un jabón que no contenga perfumes fuertes. Luego
sécalas suavemente con una toalla de algodón. Evita secar las manos con aire caliente o al medio ambiente,
esto favorece la resequedad.

Coloca una crema hidratante y nutritiva, luego masajeas hasta que tus manos absorban completamente la crema.

Usa guantes para la manipulación de productos de limpieza y cualquier otro detergente.

En estos tiempos de pandemia, es necesario el uso de gel y/o alcohol de alta concentración, esto incrementa la
resequedad en tus manos, por lo tanto, debes tener siempre a disposición tu crema hidratante.

No olvides usar tu protector solar cada vez que salgas de casa.

La vitamina E es un elemento que tiene propiedades de
antienvejecimiento, por lo tanto, ayuda a la piel a producir los lípidos necesarios para mantener su
elasticidad y humedad natural.

¿Sabes qué tipo de piel eres?

Para poder escoger correctamente los productos que aplicarás en el órgano más extenso del cuerpo humano, primero debes identificar qué tipo de piel eres tú, de esta manera los distintos productos que utilices serán los más apropiados y facilitarán en mayor grado y rapidez el cuidado de tu piel. Existen 4 tipos de piel básicos: piel normal, piel grasa, piel seca, piel mixta.

Piel Normal

La piel normal mantiene uniformidad en su aspecto y es suave al tacto. Este tipo de piel presenta óptimos niveles
de hidratación, por lo tanto, no muestra resequedad ni grietas a simple vista. Las pieles normales suelen responder bien a los cambios de temperaturas moderadas. Las exposiciones a temperaturas de
manera no moderadas, afectarán de manera negativa cualquier tipo de piel.

Piel Grasa

Las personas que tienen esta piel necesitan productos que contribuya a regular la producción de sebo y eliminar el exceso de impurezas, especialmente del rostro. En ocasiones, el estrés y los cambios hormonales son factores que influyen en el comportamiento de la
piel grasa. Aunque parezca contradictorio, es necesario mantener hidratada la piel grasa, utilizando cremas suaves para reducir el aspecto grasoso que la caracteriza.

Piel Seca

La piel seca existe porque hay un déficit de hidratación y poca producción de sebo, el cual, es el encargado de retener la humedad y proteger a la piel de agentes externos. Tu tipo de piel es seca porque se agrieta con facilidad, pierde elasticidad, tiene un aspecto opaco y
algunas zonas pueden llegar a ser escamosas. Este tipo de piel puede mejorar y utilizando productos que
hidraten y nutran tu piel.

Piel Mixta

Una piel mixta se caracteriza por tener características de la piel seca y grasa al mismo tiempo. Es uno de los tipos
menos frecuentes de piel, prevaleciendo algunas zonas con abundante brillo, como la zona T y otras con sequedad, como en las mejillas y las sienes, esto debido a un desequilibro en la hidratación. Los productos a utilizar para este tipo de piel, buscan equilibrar el PH natural.

¿Cómo cuidar de la piel agrietada?

El mayor órgano del cuerpo humano es la piel. Una de sus principales funciones es proteger al organismo de bacterias, agentes corrosivos, realizar la termorregulación del organismo, además de actuar como receptora de sensaciones kinestésicas como: frío, calor, humedad, textura, entre otras.

Por lo general, algunas zonas de la piel pueden sufrir resequedad con el tiempo, debido a la inevitable exposición al medio ambiente y otros factores externos, llegando a agrietarse y afectar así sus principales funciones biológicas. Sin embargo, estableciendo una rutina de cuidados diarios, con productos especialmente diseñados para el tratamiento de la resequedad, puede restituirse el estado saludable de tu piel.

Limpiando la piel reseca y agrietada

Los jabones con un alto grado de alcalinidad en su fórmula, pueden eliminar los elementos grasos naturales de la piel, por lo tanto, estos productos contribuyen a la resequedad. El cuidado diario y constante con un producto que tenga componentes hidratantes, es fundamental para que tu piel reseca y agrietada recupere su docilidad y suavidad.

Moderando la exposición al sol cuando vayas a la playa

Diferentes estudios científicos han demostrado que la exposición excesiva al sol, incrementa la resequedad en la piel debido al efecto de los rayos UV, por lo tanto, la posibilidad de que tu piel se agriete aumenta considerablemente.
Usa de manera frecuente protectores solares que protejan tu piel en todo momento mientras te encuentres de vacaciones. Una vez estés de regreso a casa, te aconsejamos usar productos hidratantes para tu piel.

Moderando la exposición al frío en época de invierno

Al igual que el sol, las bajadas de la temperatura y de la humedad en época de invierno, pudieran afectar a tu piel, volviéndola reseca y escamosa. Es preciso humectar tu piel de manera diaria, preferiblemente con productos que no contengan olores y/o perfumes excesivos. Si aplicas una crema hidratante después de la ducha, tu piel podrá capturar la humedad de su misma superficie (epidermis). No olvides usar en la ducha, un jabón con bajo nivel de alcalinidad.

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