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¡Deja de hacerle esto a tu piel!

¿Quieres tener una piel limpia, con buen aspecto y la mejor imagen?


Es momento de tomar acción, sabemos que existen muchas rutinas de cuidado, sin embarga muchas veces nos excedemos, o simplemente, no tomamos en cuenta ciertas acciones que no beneficien la salud de tu piel.

Sigue estas recomendaciones y verás el cambio rápidamente:

Usar la misma toalla del cuerpo en la piel de la cara:

Sucede que en esta toalla habitualmente se acumula la humedad, bacterias y residuos de productos corporales y capilares que no queremos en la piel de la cara.

Usar el mismo jabón del cuerpo en la piel de la cara:

Los jabones cosméticos corporales convencionales vienen ricos en activos grasos, detergentes, tensioactivos y sulfatos que intervienen negativamente en la salud de la piel de tu cara además de alterar su PH.

Exfoliar todos los días la piel:

La piel se exfolia por si sola, por ende, no es necesario hacer una exfoliación adicional a diario pues esto puede ocasionar lesiones, irritación, sensibilidad y alteración en el metabolismo celular, basta con hacerlo una vez por semana para retirar excesos en general.

Usar mascarillas a base de alimentos en la piel:

Si bien es cierto que las mascarillas caseras a base de alimento pueden generar un efecto sensorial satisfactorio en realidad no están proporcionando ningún beneficio en la piel, pues su capacidad de penetración es muy limitada como para llegar a las capas más profundas de la piel, los alimentos, sobre todos los procesados, claramente son para comer no para usarlos en la piel.

Aplicar vitaminas orales en la piel:

Las vitaminas orales como su nombre lo indica son para consumo oral, no están diseñadas ni científica ni químicamente para funcionar sobre la superficie de la piel, al igual que en el punto anterior sólo obtendrás un efecto sensorial inmediato pero ningún beneficio como tal.

Excesos alimenticios en Navidad

Llegan las Navidades y con ellas las celebraciones, lo que se traduce en un exceso de comida, alcohol, azúcares y grasas. Pero comer y beber en grandes cantidades no solo se refleja en un aumento de kilos, también afecta al estado y a la salud de nuestra piel.

El exceso de alcohol provoca la deshidratación de la piel, efecto que se duplica con la calefacción y las temperaturas frías. Además, añade que esta sustancia dilata los capilares faciales produciendo la aparición de rojeces y empeorando los cuadros de rosácea.


En cuanto a la alimentación, hay que tener en cuenta que somos lo que comemos. Las comidas copiosas ricas en grasas y los dulces afectan al proceso de digestión y consecuentemente a la piel.

El exceso de azúcares desencadena el proceso de glicación, provocando un daño sobre las fibras elásticas y el colágeno, que, aunque no se puede percibir en pocos días, sí se va sumando al proceso de envejecimiento de la piel, produciendo falta de tersura y flaccidez. Además, el azúcar provoca inflamación a nivel de la piel, esto hace que se acumulen líquidos, por ejemplo, en la zona del contorno de ojos, dando lugar a bolsas y ojeras.

Con el fin de prevenir, lo mejor es controlar los excesos limitando el consumo de alcohol, grasas y dulces, pero sin tener que renunciar a ellos. Se recomienda compensar los días de excesos con frutas y verduras, caldos depurativos, infusiones y zumos naturales ricos en vitamina C, aumentando la ingesta de agua a unos 2 litros diarios.

Una buena manera de ayudar a esta rutina es la utilización de complementos alimenticios ricos en antioxidantes (vitamina C, E, flavonoides como el resveratrol…), minerales (magnesio, cobre, zinc, entre otros) y ácidos grasos esenciales (omega-3, omega-6 y omega-9).

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